Es lo que queda de mí…

El empate terminó siendo negocio. Con esfuerzo la CAI hizo parda con Platense por un cabezazo de Caamaño. Expulsado Villafañez, cada vez menos hay menos jugadores.

Jugar a pesar de todo. La saturación futbolística hizo que la CAI fuera un acertijo. De hecho, Daniel Sciutti que no atajaba desde el 2.004 debió suplir al lesionado Trípodi, en una variante inesperada para Doria. Y con varios entre algodones, el choque ante Platense obligaba a apretar los dientes. Nada parecía sobrar y administrar la pelota poniéndola en el freezer ya era todo un logro. No hubo mucha tela para cortar a excepción de un par que fabricó el Calamar y que obligaron a Sciutti a recuperar rápido la memoria. El quilmeño le negó el grito a Rial primero y tapó un casi gol de Gamarra. El local era más profundo aunque la CAI le simplificaba la tarea con algunas desinteligencias atrás. Pese al esfuerzo para contener, Rial y Gamarra se mostraban activos, obligadas referencias. En ese trámite chato, los patagónicos hicieron poco. Piñero en cuentagotas y una corrida de Romero frenada con foul al borde del área alimentaron cierta confianza.
Platense clarificó a partir de las ideas de Facundo Chumba y de las subidas de Scatolaro y Rigoni. Ahí el equipo de Dalla Líbera ejerció una presión asfixiante, acorraló al azurro en su campo y pese a las imprecisiones, inclinaba la balanza hasta que pasó lo inesperado. Gustavo Caamaño metió un frentazo desde el punto del penal; Matías Vega la vio pasar y la CAI se ponía en ventaja a través de uno de sus referentes. Con el 1-0 como una inyección; Ponce y Villafañez saltaron a la cancha para sumar y sostener aunque al juvenil duró pocos minutos: fue doblemente amonestado en cuatro minutos y terminó en las duchas.
Platense –con diez, sin Torres- arriesgó en medio de la necesidad; usó los espacios al límite y fue a la carga por el empate que vino a los 24’ por Chumba y de cabeza. La CAI terminó sin piernas, con el aire justo. Aisló arriba al extenuado Piñero; adelantó a Malcorra y se apoyó en la solidez de la dupla fuerte Caamaño-De Miranda para aguantar el temporal que terminó siendo un chubasco. Sumar al menos, no es tan malo ante semejante cuadro.
IT/Diario Jornada.

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