Con la idea fija de quedarse

En el estadio Municipal, la CAI intentará cerrar su cuarta Reválida desde que llegó a la Primera B Nacional hace siete años. Acostumbrado a sufrir, el equipo patagónico asume la revancha ante Santamarina de Tandil como una final que determinará, ni más ni menos, el resultado del balance de la temporada. El 2-2 de la ida dejó material para analizar. Se preveía que CAI podría imponer su mayor riqueza individual y colectiva, pero el equipo de Luis Murúa pareció recuperado en tiempo récord de su final perdida y por momentos, lo puso en aprietos con juego y mucho carácter. La cancha barrosa, las circunstancias y el trámite (sumado a un flojo segundo tiempo de los patagónicos) determinó que se sufriera más de lo previsto. El gol de Jorge Piñero al filo del descuento, sirvió para pisar sobre suelo más firme, descomprimir la previa de la revancha y poner a todo los jugadores en guardia. No hay lugar para el descuido, ni mucho menos para subestimar a un rival que no está muerto y por el contrario, no deja de dar pelea a pesar de no contar con piezas claves (Darío González y el paraguayo Barrios Suárez siguen suspendidos) intentando patear la presión a los de enfrente. En partidos tan decisivos no importa cómo se juegue ya que los lujos y el toque hasta podrían quedarse en el vestuario. Cuenta ganar, meter y pelear cada pelota como si se jugara en Sudáfrica. La CAI llega un escalón arriba con el empate de su lado y la tranquilidad de definirlo en su casa. A igualdad de resultados, se quedará un año más en la PBN aunque con un promedio desinflado que lo obligará a pelear arriba. Conjugando siempre el verbo zafar, ésta Promo no está resuelta ni mucho menos. Se debe ganar en la cancha y si es posible, con el respaldo de la gente que ha aprendido a degustar de un futbol distinto a partir de lo hecho por el máximo representante que tiene la Patagonia.
IT/Foto El Eco de Tandil.