El único equipo chubutense que juega en la B Nacional arranca la temporada con un promedio bajísimo (1,039), obligado casi a pelear arriba. Llegaron refuerzos curtidos en la B Metro y Jorge Vivaldo confìa plenamente en lo que tiene. El armado del plantel tiene que ver con la lógica. Primero los defensores, curtidos y fogueados a la medida de la Primera B (Talín y Crespín son el ejemplo) con respuesta ante la adversidad y mucha llegada a los más jóvenes. Después libertad y poder de decisión para los que serán ejes en el funcionamiento con la mayor variante posible a la hora de laburar por el gol. Luis “Mecha” Rodríguez, luchador de área y Diego Romero, un correcaminos que también puede romper con habilidad. Diego Rubilar, viene con hambre del Argentino B y puede sumar. Hay arqueros (Burtovoy; “Chila” Alcaín y el juvenil Leguiza); una técnica depurada en la mayoría, mucho concepto de juego y la apuesta de encontrar un esquema que permita hacerse fuerte en el Municipal y volver locos a los rivales con la posesión, cuando se juegue afuera. Consignas claras, bien aceitadas. Se viene un 4-3-1-2 basado en el orden, y el equilibro. Los defensores “raspadores” y con presencia física apuntalan la base que pretende Vivaldo. Después, un “cinco” clásico (Funes) que garantice relevo y sacrificio. La creación y el juego quedará en el piberío: Soto Torres –sin comodidad con Medero y Marini- y Villafañez en el punto exacto de maduración. Dedyn y Luis Vidal terminaron en gran nivel; Emanuel Morales pasó a ser el referente (está a 2 partidos de cumplir 100 en la PBN); Manchot, Malcorra y Bubas tranquilamente pueden ser titulares en un equipo que podrá cambiar su perfil pero no su estilo. En los primeros ensayos el Flaco paró a Burtovoy; Manchot, Crespín, Talín y Morales; Vidal, Funes y Malcorra; Villafáñez; Soto Torres y Rodríguez con Dedyn y Romero saltando desde el banco. Una primera señal del modelo Vivaldo que se viene.
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