Un punto seguro pero mezquino
Fue en Caballito donde el equipo de Vivaldo se acordó cómo era festejar, descargarse de una mufa que parecía interminable. Las razones siempre importan hasta ahí. Con esfuerzo, la CAI pisó el área y cuando los defensores minimizaron todo riesgo, Benegas los durmió con un remate mal intencionado que se convirtió en el festejadísimo 1-0. La ventaja se esfumó como agua entre los dedos porque Agorreca volvió todo a fojas cero antes de que se termine el primer tiempo. En el mejor momento para el segundo, apenas lanzado el segundo tiempo la armó Soto Torres; Ciucci buscó el área con un centro y José Miguel Loncón anticipó de cabeza en el primer tiempo y volvió a dejar sin chance a Champagne en un 2-1 que no daba la seguridad plena de un resultado asegurado sobre todo cuando en otro ataque profundo, Martín Dedyn dilapidó el que debió ser el tercero. La sensación se hizo aún más real, cuando a los 11’ Claudio Aquino volvió a instalar la paridad. En el momento de cuidar la quinta y de resguardar lo que se tenía ya asegurado, la defensa mostró puertas abiertas y Ferro se vino peligrosamente con el futbol que Aquino y Salvatierra trajeron desde el banco. Para terminar de clausurar la fiesta, Soto Torres vió la segunda amarilla y dejó al equipo con diez en el peor momento. El local no hizo mucho más para quedarse con los tres puntos y en las réplicas, todo pudo pasar por el lado de la CAI que se quedó con nueve por la roja a Ciucci por ley del último recurso. Ya mirando el reloj y con la armadura puesta, el ingresado Diego Romero trajo explosión desde el banco: lo foulearon descaradamente sin que Echenique interviniera y en otra del veloz fueguino, Champagne salvó al local. Enfrente Burtovoy se jugó la vida en un achique salvador ante Tonetto cuando el partido ya estaba al rojo vivo y la bronca se contenía por un punto seguro aunque mezquino.
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