En Santa Fe, lejos del sur que le impide ganar y que tanto lo condiciona, la Comisión de Actividades Infantiles jugará su último partido de la temporada por la B Nacional y después, iniciará la etapa más que de vacaciones, de reflexión y profunda autocrítica. En el breve receso, entre la sidra y el pan dulce, el equipo más comprometido en la Tabla de Descensos deberá buscar entrenador y mover las piezas para pelear la Permanencia o bien rediseñar una estrategia pensando en foguear a jugadores jóvenes. Hasta ahora los puntos no le cierran a los sureños y la estadía en la segunda categoría del futbol argentino parece visiblemente comprometida. No alcanza con el esfuerzo, con las ganas de salir del pozo; ni siquiera con el libreto histórico de “jugar” para que los resultados lleguen. La triste realidad habla de un campaña paupérrima en donde el esfuerzo que se hace para aguantar afuera a los rivales más pesados, termina diluyéndose por el simple hecho de no revalidar todo eso en el estadio Municipal a ésta altura, una tentación para cualquier invitado que venga con intenciones de llevarse algo sin permiso. La propuesta de hoy será cambiar. Empezar a involucrar a los jóvenes en la intención de que lo que viene no debiera tomarse como una catástrofe. El choque ante el Tatengue marcará el cierre de la era Vivaldo. El DT renunciante curiosamente tuvo a su cargo el trabajo futbolístico semanal y viajó junto al plantel y su cuerpo técnico.
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