El arranque prometedor le
dio alas al local, que se animó a jugar sin complejos y a buscar el arco.
Subiabre probó abajo a Leguiza en la primera que rompió la quietud y cuando
pudo, no se sonrojó a la hora de pegarle desde todos los ángulos. CAI no hizo pie porque
Biccicontti quedó en evidencia, superado pese a su esfuerzo en la franja media,
donde la pelota circuló casi siempre en botines ajenos. Igual la puntería
escaseó de los dos lados. A los 24' hubo una interrupción forzada: el árbitro
Antillanca se hizo eco de los incidentes que se producían en el acceso al
"César Muñóz" cuando un grupo de hinchas pretendía ingresar sin
abonar la entrada. La CAI se tomó a pecho el
negocio del punto seguro. No arriesgó arriba, contuvo a Huracán y vio
pasar el reloj sin nervios evidentes, con Prost y Zaldúa en otra cosa. Miró el
arco desde lejos, no propuso nada diferente, casi tomándose como la mayoría, el
fin de semana largo. El partido se venía en picada cuando a los 38' estalló el
gol. Galvaliz colgó un tiro libre en el ángulo mientras Leguiza hizo la
estatua, rendido ante la fineza del envío que se tradujo en el 1-0. La CAI intentó romper en el
complemento aunque encontró a un Huracán cerrado, bastante conservador. No
funcionó Bonfili en el armado; Russo y Reynoso no gravitaron. Para colmo Prost,
goleador en sequía, terminó expulsado tras un encontronazo con Tromer. Recién
una entrada de Reynoso, pura individualidad, ahogada por la salida oportuna de
Marcó le permitió al Azzurro ver el empate como un espejismo. Nada cambió con diez por lado.
Apareció Zaldúa algo más movedizo en el área y chocando de nuevo, con la figura
del uno local. En la otra vereda, el ingreso de Nicolás López representó un
cachetazo, apto para definirlo de contra. Ni la del final le salía a la CAI
cuando primero Juan Cruz Ercoreca y Biccicontti se lo deglutieron en la boca
del arco. Terminaron cambiando ataque por ataque aunque con los de Zwenger
insistiendo por un camino en reparación, con tanta necesidad que se le
terminó borrando el arco. Al final, las peores rachas se terminan. Y lo firmó
el pergaminense Ezequiel Zaldúa que a los 44' peinó un tiro libre de Rodríguez
para desahogarse y desempacar los goles que había traído de Gregores. El empate
equivale a clasificación y a que los demás solamente jueguen para cumplir con
el fixture.
IT/Foto Ricardo Asencio.
IT/Foto Ricardo Asencio.
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