Jugando así ya está condenado
Todas las obligaciones las asumió como propias el local. Con pocos espacios para poder despegar; una posesión de pelota intermitente y con Benegas, su punta de área, siempre doblado en la marca. Por eso más allá del entusiasmo, las situaciones escasearon.y le faltó aderezo al plato del día. Apenas se contabilizaron con cierto riesgo, un centro rasante, sucio de Morales que no encontró destinatarios en el arco y una bomba de Benegas, desviada por varios metros. Merlo sostuvo su estrategia y la búsqueda poco clara de CAI simplemente le facilitó las cosas. Romero pasó desapercibido y la sorpresa casi nunca trepó por los laterales azzurros. Desde afuera y a veces, sin convicción parecía que el gol quedaba muy lejos mientras el partido proponía nada sin juego, ni emociones. Merlo siguió con lo suyo en el complemento. Firme atrás, nunca acomplejado para mandarla a la tribuna y aferrado al 0-0 con mezquindad, sin ponerse colorado. Nada, ni siquiera los cambios, lograron cambiarle la cara a la CAI y mucho menos, levantarle el calificativo a un partido que se fue desinflando con destino de 0-0. Pero como todo puede empeorar, Talín dudó en una salida; Rodríguez le ganó la posesión y Burtovoy se vio obligado a voltearlo. En 15’ fue penal y roja para el arquero de CAI. Sin merecerlo, Merlo encontró la luz con Diego Ceballos que ejecutó seguro abajo cuando el ingresado Alcaín ni había calentado los guantes. Después de la apertura, la visita navegó en aguas más calmas y hasta se atrevió a aumentar la diferencia. El equipo sureño terminó siendo la imágen misma del desconcierto pero igual tuvo su chance, Delgado bajó a Bubas en el área y Villalba lo convirtió en el agridulce 1-1.
Foto: Walter Calderón/Jornada.
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