Cuestión de necesidades. La CAI las tiene implícitas de torneos anteriores, campañas que fueron para el olvido y un presente que no termina de despegar. Cuando parece asomar el equipo, llegan las derrotas y a la hora de exhibir el juego en el verde césped, aparecen las rojas. Todo le cuesta el doble al equipo de Jorge Vivaldo quien encontró una señal en el 2-2 ante Ferro y se permite, quitarse de la cabeza la idea de hacer la valija. El Flaco demuestra confianza en los jugadores y aunque los resultados, ese combustible implacable que tiene el fútbol, no llegan hay gestos e indicios de que se puede salir. Está claro que los goles que se han acumulado en la cuenta corriente tienen que convertirse en efectivo y que no se debe especular siquiera con un empate. CAI y Merlo no tienen la soga al cuello pero casi. Y tienen sobrados argumentos para considerar al duelo de ésta tarde en Km. 3 como una batalla clave. El local debe revalidarse su condición, intimidar con los kilómetros y con el viento tan temido; inclusive haciendo sentir un clima menos cordial que de costumbre. Se trata de una pelea mano a mano entre dos que parecen tener un contrapeso que les impide subir en la tabla de promedios. A suerte y verdad, ya no basta con jugar bien y seducir al público. La de hoy debe ser una lección contundente de que se le puede torcer el brazo al destino. Se evaluó físicamente a Emanuel Morales y está en condiciones de reaparecer en la defensa mientras que José Loncón y Leonardo Roque Albano Gil –gran debut en Caballito- se sostendrán en el mediocampo junto al reaparecido Luis Funes. Arriba, los puntas serán Leandro Benegas y Diego Romero con mucho del peso del partido en sus espaldas.
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