CAI suelto, Lobo atado...

Cambió para bien y la tranquilidad le terminó simplificando las cosas a la Comisión de Actividades Infantiles. La vuelta al ruedo trajo consigo una ola de fútbol fresca, apta para una tarde calurosa. Gimnasia de Jujuy sufrió de entrada ese vuelco motivacional que le dio José Rossi al azzurro. Prolijo para tocar, seguro con la posesión más Asencio como guía, la CAI navegó por aguas tranquilas y entró por la puerta grande en el partido. Malcorra y Asencio yendo por afuera generaron espacios, desconcertaron a los defensores jujeños y fueron preparando el terreno para un ataque letal, el que terminó decorando Nicolás Bubas después de dos rebotes no desactivados tras centro de Luis Vidal. Funes y Loncón probaron desde afuera; Bangardino y Desvaux despejaron a medias hasta que el esquelino apareció en el área y ratificó la racha que arrastra desde la pretemporada. Tocó a la red a los 12’ dándole a su equipo un premio estímulo. Con la ventaja puesta, la CAI no mostró ansiedad, ni se expuso en una ciega búsqueda del segundo. El equipo respondió a toda exigencia pese a acusar la presión de un rival que se adelantó casi inconcientemente con un cabezazo de Milán que contuvo Alcaín, lesionado desde los primeros minutos. Franco Asencio apiló defensores en una diagonal hasta que Desvaux lo frenó con un foul que dejó a todos con la sensación de un penal claro. Por una asistencia de Asencio –de nuevo- casi llegó el segundo: Malcorra pateó cruzado y la pelota no ingresó por centímetros. En el medio, Gimnasia no tuvo reparos en cortar el juego inclusive apelando al foul repetido. Asi Zunino bajó a Bubas ganándose la segunda amarilla y dejando en inferioridad a la visita. Por eso aunque la diferencia no se aumentó, flotó la sensación de que los tres puntos no podían escaparse en favor del que más propuso y el que jugó sin mirar demasiado el documento.
Foto: Chino Arturo/Jornada.